Qué maravillosa sensación, la que comienza con la magnifica idea de adquirir algo nuevo. Preciosa idea cruzó por la mente y acaricia la realidad al tener dinero y poder gastarlo en alguna plaza comercial y esperar alguna ofertas o si no qué más da el precio no importa si nos gusta lo que vemos, total “valemos eso y más”.
Sucede una extraña excitación. Estudios en psicología prueban que ir de compras es una de las sensaciones más satisfactorias que se pueden tener y esta felicidad estalla en el momento en el que se entrega el dinero a la cajera.
Valioso remedio infalible contra la depresión. No importa si el novio terminó la relación, si reprobamos una materia, si las cosas no salieron bien el ir de compras y estar en ese desfile de colores y texturas no devuelve aquella sonrisa.
A veces habrá cosas que no necesitemos, o cosas que no se nos verán tan bien como esperamos, o cosas que son simples como un prendedor. No importa si son muy caras muy lujosas, o son una chucheria.
Mas lo que vale es comprarlo saber que es nuestro y de nadie más, que esa perfecto objeto dejo de ser del todos o de nadie para ser sólo nuestro.
Qué maravillosa sensación, comprar unos jeans, una blusa o lo qué sea, libera en nosotras gran cantidad de endorfinas. Ir de compras es especial para nosotras ellos jamás podrán entrar en nuestro mundo, jamás experimentaran el delirio del olor a nuevo, ese olor que es brillante, es fresco.
Celebremos, chica, nuestro consumismo y la felicidad que corre por nuestro cuerpo y hace que nuestro corazón palpite cada vez más rápido, nos emociona, nos hace sonreír y más cuando los jeans adquiridos hacen justicia en nuestro cuerpo realzando nuestra figura.
Vayamos de compras a liberar tensión y producir endorfinas más de las que el chocolate puede brindar y lo importante es que comprar no engorda y sí nos hace lucir bien. Salud por eso!