Maya
Soy lo que tus sentidos perciben pero esto no quiere decir que exista... soy diferente para cada persona pero sólo una esencia. soy un simple comodín en un mazo de cartas. Tan único como cualquiera

04 diciembre 2008
Mi madre, tan sabia, siempre me ha dicho: “La caridad comienza en la casa”, y estoy segura de que así es, o mejor dicho así debería ser. Pero, nos encontramos en una era y quizá también en un país en dónde reina la doble moral.

Por un lado, nos encontramos con las “buenas costumbres”, lo que la religiosidad rige como correcto lo que la Santa Biblia señala, en su lectura más literal, como el camino a la perfección del ser humano y del espíritu.

Esta religiosidad condena a todas las personas que no van en sintonía con lo qué la fe dicta. Condena aquellas mujeres que han decidido ser madres solteras, condena a aquellas que han decidido el aborto, sino como una cura a un error, sí como un remedio a un evento inesperado.

Sin embargo, muchas de las personas que viven bajo el mandato de la religión, sea cual sea, en su ámbito privado se rigen bajo el código de la mezquindad.

Personas que frente a la sociedad protestan en contra del aborto pero que dentro de sus casas mandan a sus hijas a una clínica para practicar un legrado con tal de no mancillar el honorable nombre de la familia.

Hay otros que también aseguran ayudar a obras benéficas, ayudar a sus hermanos de su congregación. Cada navidad cooperan para que los niños más pobres tengan un juguete, le regalan ropitas a la pobrecita hija del chofer. Pero son incapaces de mostrar esa caridad con sus propia sangre.

He visto hermanos pelearse por herencias. He visto un cristiano atacar a sus hermanas católicas sólo porque éste codicia apoderase el legado de su difunto padre. He visto abuelas deseándoles algún mal a sus nietos no reconocidos.

Pero, todas las tardes están personas están en primera fila en la iglesia dándose golpes de pecho, dando un diezmo de más de 50 pesos con tal de expiar sus culpas y fingir ante la sociedad un honor intachable.

Pero dentro de su propio ser se van pudriendo, mientras las apariencias los consumen, han dejando de lado la verdadera razón por la cual existe el ser humano, la búsqueda de la felicidad, de la trascendencia y la perfección.

Han olvidado ser humanos y se han embriagado en una supuesta fe que se inclina al odio y a la intolerancia pero ningún líder religioso llámese Jesús, Buda, Alá, Mahoma o como se llame han señalado que se deba ser uno ante la sociedad y otro en la intimidad.

Hay personas que aunque carecen de religión tiene un calidad moral superior a aquellas que viene en las iglesias, y esto es porque son congruentes con lo que piensan y con lo que hacen ya que la congruencia es y será el mejor camino para no ser un reza santos y un caga diablos

Posted by Maya at 6:44 p.m. | 1 comments