Maya
Soy lo que tus sentidos perciben pero esto no quiere decir que exista... soy diferente para cada persona pero sólo una esencia. soy un simple comodín en un mazo de cartas. Tan único como cualquiera

27 febrero 2008
Hay cosas que la razón no entiende.
Son esas cosas de las que el deseo se aferra
para aliviar un instante. 


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26 febrero 2008
 “Hay hombres que luchan un día y son buenos, hay hombres que luchan un año y son mejores, hay quienes que luchan muchos años y son muy buenos, y hay los que luchan toda la vida… esos son los imprescindibles” Bertolt Brecht 


Prescindible o imprescindible, como el ser o no ser, esa es la cuestión. Esa es la pregunta que las personas y estudiantes de todo tipo, principalmente universitarios tienen que hacerse. Es decir, esforzarse todos los días para hacerse necesario en el trabajo, contribuyendo con ideas nuevas, viables y beneficiosas.

Esto puede que parezca mensaje de superación personal, y puede que así sea, pero no está lejos la realidad la cual deja ver sus matices cuando los universitarios egresan de sus casas de estudio. La mayoría de las veces salen sin ningún tipo de experiencia en el área laboral, lo que los hace más propensos a ser de los prescindibles.

Por si fuera poco no sólo es la falta de experiencia laboral lo que hace que las personas se vuelvan piezas reemplazables en una empresa. Depende también, en gran medida, de los conocimientos y la preparación que se haya desarrollado.

Desgraciadamente las universidades – muchas de ellas- han dejado de lado su papel fundamental que es educar. Entonces el impartir conocimientos se deja de lado y se constituyen intercambios comerciales, donde los intereses de los directivos van encaminados a perpetuar los privilegios de la clase dominante que les dio origen.

Lo anterior puede verse claramente en la proliferación de las escuelas, realizadas al vapor, las llamadas patito, las cuales se vuelen una opción para adquirir conocimiento. Debido, principalmente, a la saturación en las escuelas públicas, aunado a un interés lucrativo, pero su calidad educativa es deficiente y no fomentan el desarrollo adecuado de ideas.

Sin embargo, no todo es blanco ni negro y este fenómeno no sólo es propio de las universidades patito, sino de la mayoría de éstas, y no tan sólo de quienes educan sino también de quienes son educados.

En las universidades la tendencia, desde hace muchos años, ha sido preparar empleados pero no empleadores. Por eso muchos de los egresados se conforman con un trabajo en el que no hay muchas opciones de desarrollo. Pero no buscan la manera de hacer una empresa propia, se les enseña a identificar quien es el que manda.

Otras de las tendencias que se manifiestan en las universidades ha sido la manera de evaluar a los alumnos, mejor dicho, la forma en la que se realizan los trabajos que facilitan el aprendizaje.

Los trabajos y tareas se hacen la mayor parte del tiempo por cumplir y no para aprender, entonces se recurre a textos en Internet y aplican el copy paste o como algunos cínicamente llaman “recorta, pega y gana”, bajando total o parcialmente las ideas de otra persona, pero no se obligan a pensar y proponer. Esta acción sólo merma el aprendizaje, ya que siendo honestos, insignificantes veces se lee lo que se está copiando.

Dentro de este problema se encuentra el que Jorge González expone en su artículo, “Redes y sistemas de información (o el sueño de Prometeo sin cadenas)”, en el que los estudiantes realizan sus trabajos a contentillo o como él los llama “a quien corresponda”, eso quiere decir que se hacen los trabajos conforme a los gustos de los profesores y cualquier recurso es válido para pasar la materia, que más da si se aprende o no.

Por otro lado, aparte de que se hacen los trabajos a contentillo, existe la mentalidad de realizar los “porque si no los hago yo, ¿quién los hace?”, es decir dependemos de otros para trabajar o vivimos en función de otros. Esto sucede en carreras donde no hay muchos alumnos, en clases donde sólo hay tres o cuatro inscritos. Si un estudiante se ausenta se nota y por eso antes de faltar a clases se dicen para darse ánimos “si no voy yo, seguro no ira nadie”.

Otro de los problemas se da porque en las instituciones de educación media y superior no se enfatiza el desenvolvimiento de un pensamiento crítico y analítico. 
Por ejemplo, hace un par de años en una clase de “Lectura y Escritura Crítica”, la Dra. Robín junto con el Mtro. Juan Pablo Alvear hicieron un experimento, le dijeron a los estudiantes que iba a ser el día internacional de las mascotas y que se les había permitido llevar a sus animales a la escuela, casi todos los estudiantes se emocionaron y realizaron preguntas sobre los animales y el evento, pero nadie puso en duda que existiera dicho día y que se les permitiera convertir la universidad en un zoológico.

Con esta historia quiero decir que los estudiantes dan todo por verdadero, sin poner si quiera en duda lo que se les esté diciendo por muy inverosímil que sea. Muchos de los estudiantes no opinan, no debaten, no buscan los fundamentos de lo que se les está diciendo, simplemente no cuestionan.

Como estos se pueden detectar muchos problemas, auque las universidades argumenten que están formando líderes, que de muy poco sirven si llegan a carecer de una ideología propia y fundamentad o si no generan conocimiento, o si no son novedoso en la creación de ideas y no tienen capacidad para procesar la información

Todas estas acciones y actitudes hacen la diferencia entre aquellos que son prescindibles e imprescindibles, pero no sólo depende de unos cuantos esforzarse para ser necesarios en un ambiente laboral. Es una elección personal y decir si se quiere ser verdaderamente un personaje imprescindible y trascendente.


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24 febrero 2008
Limitaciones para la difusión 

Siendo honesta, conmigo misma, no recuerdo alguna vez en mi infancia haber sentido un genuino interés por temas científicos. A pesar de que mis padres siempre han estado inmersos en las ciencias, más especifico, las de la salud, nunca sentí pasión por ninguna otra cosa que fuese ajena a lo que la fiel televisión podía ofrecer.

Memorias de mi infancia van y vienen, tengo la imagen muy grabada que después de comer, mis padres nos leían libros a mi hermano y a mi, debo confesar que me resultaba tedioso estar ahí hablando de cosas que a mi corta edad no lograba entender.

Sin embargo mi hermano disfrutaba aquellas charlas en las que mi papá se agasajaba explicándole sobre la creación del universo, sobre las anémonas, el átomo y teorías de la Atlántida aprendidas en una "National" .

No era culpa de mis padres aquel inerte interés mío, ni de la ciencia, sino que se debía a un estereotipo adquirido quizá en la televisión o en la escuela. Pensaba que todo aquello que tuviera relación con la ciencia era soso y aburrido.

Los métodos de enseñanza en la escuela no son creativos, poco prácticos y la voz de las maestras de primaria tienden a ser un certero sedante para los estudiantes, sin importar que tan “ñoño” sea uno. 

Me atrevo a afirmar que el problema principal que tiene la ciencia para ser aprendida está en los métodos de enseñanza. Muchas veces se trata de temas complejos en si mismos, añadiéndole el hecho de que estar escritos de una manera rebuscada y poco entendible, es normal que leer textos así sean como un repelente para estudiantes.

Cuando llevé, supongo, algebra ante la constante desesperación de no entender como funcionaba el teorema de Tales mi papá me puso la canción de Les Luthiers del teorema en donde con una ritmo pegajoso se entiende el “dichoso” teorema y la relación que tiene en un plano real. 

Para que la ciencia se acepte y se entienda mejor tiene que ser creativa, debe contar con un lenguaje más claro y proporcionarle al público puntos de interés y existir una complicidad entre científicos y periodistas. 

Manuel Calvo afirma en su texto “Ciencia y Comunicación en la Sociedad Postindustrial” que los periodistas o divulgadores no han sido capaces de crear ese dialogo entre la sociedad y la ciencia.

Tampoco se ha creado ese vinculo de dependencia entre la sociedad y la ciencia. Las personas “saben” utilizar ciertos avances tecnológicos, cuando salen al mercado los adquieren pero las personas no se interesan por el trasfondo, por el proceso que llevo a los ingenieros a llegar a ese avance”.

Pocas son las personas que están atentos antes los avances que la ciencia proporciona, porque el ciudadano normal sabe tan poco de las cuestiones científicas a pesar de que está en contacto con ella en su vida cotidiana. 

Por otro lado se debe tomar en cuenta que en México leer no es precisamente lo que se puede llamar un hábito, lo que acarrea como consecuencia que los avances científicos o las teorías queden en una noticia muerta. 

En México la difusión o divulgación de la ciencia encuentra también obstáculos desde la redacción de un periódico o de una revista, ya que son pocos los periodistas en México que cuentan con una preparación adecuada para poder interpretar, analizar y propagar el conocimiento científico de forma sencilla y práctica.

Además los temas científicos no aparecen frecuentemente en las primeras planas de los diarios. Se anteponen noticias de política, desastres naturales, espectáculos, conflictos económicos, violencia, etc. La ciencia pocas veces llega a formar parte de la agenda de los diarios.

Otro impedimento para la difusión de la ciencia se encuentra en el apoyo que los gobiernos destinan a esta área, ya sea para nuevos descubrimientos o para el desarrollo de proyectos, el cual es muy escaso e impide un optimo desempeño de las actividades.

En la actualidad y como consecuencia de vivir en un mundo globalizado la infamación se ha vuelto la piedra angular en el desarrollo de las sociedades, por tanto ésta se mueve en grandes canales y está permitiendo a la ciencia rebasar las fronteras y al periodismo le ofrece nuevas herramientas para la creación de historias y la difusión de noticias. 

Sin embargo ante tal marejada de información; qué tanto la sociedad se está escuchando, o qué tanto se está alejando. Una de las tareas que tiene el periodismo científico es, a parte de informar, recuperar el “prestigio” que tenía la ciencia y definir que la ciencia no es aburrida y que no sólo sirve para la destrucción. Debe servir de mediador entre científicos y sociedades, educando para reencontrar la humanidad que muchos creen que la ciencia ha pérdido. 



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15 febrero 2008
Qué maravillosa sensación, la que comienza con la magnifica idea de adquirir algo nuevo. Preciosa idea cruzó por la mente y acaricia la realidad al tener dinero y poder gastarlo en alguna plaza comercial y esperar alguna ofertas o si no qué más da el precio no importa si nos gusta lo que vemos, total “valemos eso y más”.

Sucede una extraña excitación. Estudios en psicología prueban que ir de compras es una de las sensaciones más satisfactorias que se pueden tener y esta felicidad estalla en el momento en el que se entrega el dinero a la cajera.

Valioso remedio infalible contra la depresión. No importa si el novio terminó la relación, si reprobamos una materia, si las cosas no salieron bien el ir de compras y estar en ese desfile de colores y texturas no devuelve aquella sonrisa.

A veces habrá cosas que no necesitemos, o cosas que no se nos verán tan bien como esperamos, o cosas que son simples como un prendedor. No importa si son muy caras muy lujosas, o son una chucheria.

Mas lo que vale es comprarlo saber que es nuestro y de nadie más, que esa perfecto objeto dejo de ser del todos o de nadie para ser sólo nuestro.

Qué maravillosa sensación, comprar unos jeans, una blusa o lo qué sea, libera en nosotras gran cantidad de endorfinas. Ir de compras es especial para nosotras ellos jamás podrán entrar en nuestro mundo, jamás experimentaran el delirio del olor a nuevo, ese olor que es brillante, es fresco.

Celebremos, chica, nuestro consumismo y la felicidad que corre por nuestro cuerpo y hace que nuestro corazón palpite cada vez más rápido, nos emociona, nos hace sonreír y más cuando los jeans adquiridos hacen justicia en nuestro cuerpo realzando nuestra figura.

Vayamos de compras a liberar tensión y producir endorfinas más de las que el chocolate puede brindar y lo importante es que comprar no engorda y sí nos hace lucir bien. Salud por eso!





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