Sonia le dice a su esposo “ya llegará el año nuevo, hay que comprar las cosas para la celebración” Su esposo la mira incrédulo y le cuestiona “¿No te has cansado de lo mismo todos los años?”. Ella le responde un poco irritada “Eres tan amargado no ves que si no hacemos lo de las uvas y los calzones no tendremos buena suerte”.
La celebración del año nuevo es tan antigua como la humanidad. Cada civilización ha festejado la llegada de un nuevo ciclo de muchas maneras. Los babilonios fueron los primeros en convertir el Año Nuevo en un ciclo festivo que duraba 11 días y que se celebraba al comienzo de la primavera.
Los egipcios celebraban el fin del año con el comienzo de la crecida del río Nilo y la preparación de las tierras para la siembra, mientras que los romanos también hacían coincidir la celebración con la llegada de la primavera y lo festejaban el 25 de marzo.
En la actualidad el festejo del año nuevo es muy importante para la mayoría de las culturas y cada una de ellas realiza rituales para atraer la buena fortuna. En México las más comunes son usar ropa interior roja o amarilla, para el amor o el dinero y según lo que se quiera obtener.
Para realizar viajes, el 31 a media noche, las personas tienen que salir con una maleta y darle una vuelta a la manzana corriendo. Para que la comida no falte se llena un tazón con granos y se deja por todo el año.
Para que el dinero no falte se barre las moneda, en este ritual muchas personas lo hacen de adentro de su casa hacia a fuera pero otros creen que eso “espanta el dinero” así que lo hacen de afuera hacia adentro.
Las doce uva no pueden faltar en la cena de año nuevo. Éstas se tienen que comer al copas de las 12 campanadas que dan inicio al nuevo ciclo. Mientas se comen es importante formular un deseo por cada uva.
El comer las doce uvas tiene origen en España en 1909 cuando los agricultores ingeniosamente buscaron la forma de deshacerse del excedente en la producción de uvas inventando el rito de comerlas para la suerte.
En la página de Internet www.familia.cl recomiendan otros rituales para recibir el años nuevo como son; sentarse y volverse a parar con cada una de las doce campanadas: trae matrimonio. Recibir el año nuevo con dinero dentro de los zapatos: trae prosperidad económica.
Para tener mucha ropa nueva: la noche del 31 debes usar la ropa interior al revés. Poner un anillo de oro en la copa de champaña con la que se hará el brindis: te asegurarás que no falte el dinero (ojo con tragártelo).
Encender velas de colores: las azules traen la paz; las amarillas, abundancia; las rojas, pasión; las verdes, salud; las blancas, claridad, y las naranjas, inteligencia. Repetir en voz alta o mentalmente la frase "Voy a ser feliz este año" junto a los doce campanadas.
Si se sale a la calle, tratar que la primera persona que se vea sea joven, ya que mientras menor sea, mayor será la felicidad. Comer una cucharada de lentejas (cocidas) dentro de los primeros minutos del nuevo año para tener prosperidad.
Repartir espigas de trigo: símbolo de la abundancia. Lo ideal es repartirlas entre todos los asistentes (que todos tengan en las manos la medionoche) y también esparcirlas por la casa.
Quemar al muñeco "viejo": para desprenderse de las cosas malas del año que termina. Es necesario hacer un muñeco con la ropa vieja. Si se quiere, se le puede poner en el bolsillo una lista con todas las cosas malas del año que quieren eliminarse. Se debe poner en un lugar sin riesgos de incendio. A medianoche se le prende fuego.
Básico, en todo caso, es tener fé en lo que estás haciendo. Y para terminar, sugiere rezar a medianoche, "por ti mismo, por tus seres queridos, por la humanidad, por el planeta y el universo entero, y que des las gracias por todos los dones que recibiste durante el año que se acaba".