- Hablar… escribir….
- Hablar, escribir, pensar...
- Hablar, escribir, pensar… ¿leer?
- Hablar, escribir, pensar, leer… ¿crear?
- Hablar, escribir, pensar ó ¿pensar hablar, escribir?, ¿quién dijo que el orden de los factores no altera el producto?, ¿quién dijo que?, ¿cuál es el dilema?, ¿el dilema de qué?, ¿de hablar – escribir - pensar? o de ¿pensar – hablar - escribir?, ¿qué fue primero el huevo la gallina?, ¿la gallina de quién?, ¿un caldo de gallina?, ó ¿una gallina en caldo?, ¿qué no es lo mismo pero más barato?, ó ¿se le puso la piel de gallina?, ¿tenía miedo?, ¿de qué?, ¿quién?, ¿cuándo?, ¿por qué?, ¿por qué que?, ¡¿sé pueden callar?!, ¡no puedo pensar!, ¿pensar?, ¿pensar, escribir, leer?, ¿qué no era hablar?, ¿a qué hora entra discutir, debatir, deliberar, ventilar, tratar, polemizar, impugnar e insistir?, ¡te faltó argumenta, Adela Micha! , ¿Adela quién?, Micha, ¿la micha de qué?, ¿qué no es mejor decir la mitad?, ¡no micha de mitad, sino Micha de Adela, la de los verbos!, ¿verbo?, ¿o sea qué es chorera?, ¡no!, ¿no?, ¿entonces?, ¡la que sabe muchas palabras!, ¿o sea que si es chorera?, ¡si pero no!, ¿paradojas a mi?, ¡no!, ¡sólo digo que como decía mi abuelito el español es muy florido!, ¿florido como un rosal?, ¡no!, lo que quiero decir es que es muy elegante, ¿un elefante?, creo que ya no sabes lo que dices, ¡claro que lo sé! ¿José?, ¡mi abue se llamaba José!, ¿Jesús, María y José?, ¡no!, sólo José, bueno, José Guadalupe, ¿Esparza?, ¡ese es el de Bronco!, ¡no, no estoy ronco y por si lo pensabas tampoco ronco!, ¡ya lo sé pero me refiero al que cantaba adoro!, ¿quieres adobo?, ¡pero que sea de tomates!, ¡yo no tome nada, además no se dice tomates sino tomaste!, ¡ya basta!.
Lo que yo quiero decir es que el español es una lengua muy vasta, en el sentido de que una palabra puede significar muchas cosas y a veces la diferencia entre una palabra y otras es sólo de una letra y con eso basta para que se entienda otra cosa.
La cosa está en pensar primero lo que se quiere decir o expresar, después escribirlo o decirlo, así de fácil -bueno no tanto- porque hay que saber cómo y tener un vocabulario amplio o saber que significan las palabras para emplearlas bien, porque sino terminamos diciendo “este” para todo.
Sabemos que el objetivo principal de la palabra, es la comunicación entre los seres humanos y para decir algo no sólo se necesita voz, sino también pensar, ya que por muchos es sabido que el habla no es la única manera en la que se puede comunicar, porque ¿qué sería de los sordos sin su propia forma?, ó ¿de los mudos?, es por eso que la palabra tiene un gran poder, porque sin ella el silencio no tendría el mismo significado.
Con las palabras se pueden construir relaciones entre las personas o las naciones, pero de igual manera con ellas –o sin ellas- se pueden destruir emociones e incluso acabar con la libertad porque una palabra mal intencionada hace más daño que el disparo de una arma. Entonces creo que tengo que retractarme porque no es muy fácil decir algo ya que hay que tomar en cuenta que se va a decir y de qué manera para no herir o caer en malas interpretaciones.
Pero también es importante saber que por medio de la palabra la creación se da día con día y no hablando en sentido metafórico, sino real, al ser la palabra la piedra angular de la construcción de la vida cotidiana, de las relaciones humanas o incluso de la relación con uno mismo porque muchas veces parecemos loquitos hablando solos o divagando.
La tarea de comunicar no es empresa fácil porque en cualquier momento se puede caer en un improperio gramatical ó en una ignominia en contra del español ó de plano tener y crear confusiones pero mientras eso sucede yo estaré en espera de que a nadie se le ocurra asesinar o quitarle su poder a la palabra.
Maya
