El problema no es comprar tarjetas, ni celebrar el día de los enamorados, el problema es que se celebra ese día y después ¿qué?, se regresa a la monotonía y con forme pasan los días, la mayoría de las personas regresan a lo cotidiano, a ensimismarse en su mundo, se regresa a la indiferencia y al egoísmo tanto que lo único que queda del amor es el que se tiene a uno mismo y nada más.
El problema es culpar al trabajo, la escuela, la distancia, la falta de tiempo, etc., pero en realidad el problema está en que no se deja de lado el egoísmo y no hay forma, ni tiempo, para dedicar unos momentos y pasar tiempo con las personas que se aman y como consecuencia el día del amor y la amistad se busca compensar, con regalos, la falta de atención de un año entero.
Una solución sería inútil proponer, porque cada persona siente y vive el amor de forma distinto, ya que como asegura Alejandro Santiago en su canción cuando dije amor “hay tanto idioma para hablar de amor”, así como seres hay en el planeta.
Para unos amar es una aventura, para otros es una enseñanza teórica que se lleva a la práctica, hay muchos a los que el amor los espanta. Para otros es un como caminar por paramos, cuestas empinadas, terrenos sinuosos, pero que en algunos momentos estos se abren para dar paso a jardines, lagos y edenes casi paradisiacos.
Creo, que el amar es compartir, alegrías, tristezas, aventuras, problemas, momentos y responsabilidades. Es una actividad de complicidad, de intercambiar miradas, entrelazar historias.